En la vuelta, Simone Inzaghi optó por utilizar su defensa como fortaleza. Saltó al campo de juego con un 3-5-2, con Alessandro Bastoni, Francesco Acerbi y Matteo Darmian como centrales y Federico Dimarco y Denzel Dumfries como carrileros. El Porto terminó con el 68% de la posesión y un total de 21 disparos, siete de ellos a puerta, contra los cinco que logró el Inter pero en tan solo 11 tiros.
André Onana fue el jugador clave para el Inter, logrando seis atajadas a lo largo del partido y manteniendo a raya a Mehdi Taremi y Wendelson Galeno, principales atacantes del Porto. Las oportunidades no faltaron para los Dragones, que tuvieron la pólvora mojada en el crucial encuentro de Champions League.

El asedio del Porto se extendió hasta el tiempo de compensación. Al 90+4, Iván Marcano disparó y la defensa italiana sacó el balón en la línea. Inmediatamente después, Taremi logró rematar pero Onana desvió su disparo al poste, ahogando el grito de gol en el Do Dragao y el tanto que hubiera mandado el partido al alargue. Al minuto 90+7, el carrilero Pepe fue expulsado por doble amarilla.
Ahora, por primera ocasión desde la edición 2010/11, el Inter logró llegar a los cuartos de final. En aquella instancia, superaron en octavos al Bayern Munich, gracias al extinto gol de visita, con global de 3-3. Sin embargo, en la siguiente ronda fueron apaleados por el Schalke 04, con global de 7-3.
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