El gato Larry, el ratonero jefe de la Oficina del Gabinete británico, no ha pasado de largo el último viraje de la política nacional, y ha expresado su opinión sobre la dimisión del canciller de Hacienda, Kwasi Kwarteng, quien anunció este viernes que aceptó la voluntad de la primera ministra Liz Truss, que le pidió «que se haga a un lado» como canciller.

«Liz Truss acaba de pedirme que sea canciller. Le dije que arregle su propio lío», reveló el residente permanente del 10 de Downing Street, denunciando el «caos de los tories».

«¿Qué puedo decir? Hay hoteles con una menor rotación de residentes que Downing Street estos días. El pueblo de Gran Bretaña merece algo mucho mejor que esta sucesión de inadecuados», expresó, calculando que «el Reino Unido habrá tenido cuatro cancilleres en cuatro meses». «Solo tres cancilleres hasta la Navidad», agregó.

Kwarteng ocupó el cargo de canciller de Hacienda el 6 de septiembre, precedido por Nadhim Zahawi, que desempeñaba esas funciones desde el 5 de julio. Ahora será Jeremy Hunt, extitular de las carteras de Cultura y Sanidad, quien asuma el cargo de forma provisional.

«¿Jeremy Hunt era un buen secretario para la Cultura? No: 100 %», compartió el felino los resultados de una «encuesta en línea».

«El pueblo británico sabe que puede contar conmigo para la estabilidad», tranquilizó Larry a la población, recordando que lleva ya 4.290 días sirviendo a la patria sin fallar, bastante más que el rey Carlos III, que de momento lleva 36 días encabezando al país.

La influencia del felino en la vida política del Reino Unido no puede ser desestimada. Basta con recordar, que en julio Larry instó a que Boris Johnson dimitiera, y justo dos días después, los británicos fueron testigos de la renuncia del político.