Retenes con hasta 30 agentes de la Policía Nacional Civil y de la Fuerza Armada fueron instalados desde la medianoche del sábado 30 de abril, en las carreteras de ingreso a San Salvador y en las principales arterias de la capital.

Los agentes detenían a todos los buses y microbuses del transporte colectivo y de servicio privado.

Bajaban a los hombres, de todas las edades, les pedían sus documentos y que se quitaran sus camisas. Luego revisaban que no tuvieran tatuajes y se detenían en los dedos de las manos y en el cuero cabelludo. A las mujeres les revisaban sus pertenencias.

La Coordinadora Salvadoreña de Movimientos Populares condenó esta acción del gobierno. Morena Murillo, representante de la Coordinadora dijo que, aunque no registraron capturas, fue una acción de intimidación para que la población no participara en las marchas del 1 de mayo.

Organizaciones sociales y sindicales identificaron a personas infiltradas que tomaban fotografías a los manifestantes y también a periodistas.

También andaban comunicadores de las instituciones estatales, tomando fotografías y videos en las distintas marchas que se concentraron en la Plaza Cívica. Además, se escucharon helicópteros sobrevolando la capital, mientras el pueblo se manifestaba.