Este jueves, las autoridades de la Comisión Especial de Investigación de Memoria Histórica de la Universidad de El Salvador (UES) sostuvieron una reunión con familiares de víctimas de la masacre del 30 de julio de 1975, perpetrada por miembros del Ejército dentro de las instalaciones de esta casa de estudios.

La reunión tuvo como punto único acordar medidas de reparación de los estudiantes José Domingo Aldana Guerra, Reynaldo Enrique Hasbún y Napoleón Orlando Calderón Grande, quienes fueron asesinados o desaparecidos, durante los años previos al conflicto armado, cuando empezaban a proliferarse los movimientos estudiantiles que adversaban la dictadura del ex presidente Arturo Armando Molina.

La Presidenta de la Asamblea General Universitaria, María José Vargas, comenta que la iniciativa de la UES es brindar acciones de memoria para reparar el daño a las víctimas de este hecho que permanece impune.

En dicho encuentro, Vargas afirmó que la UES brindará acompañamiento en la búsqueda de verdad, justicia y reparación de las violaciones a derechos humanos en la época de la dictadura militar.

El artista Miguel Mira, docente de la Escuela de Artes del Alma Máter mencionó que se ha realizado una loseta que será insertada en el monumento para héroes y mártires del 30 de Julio de 1975, en el paso a desnivel de la 25 avenida norte de San Salvador. Esta loseta tiene forma de paloma, pues el objetivo de estas iniciativa es la reparación y la garantía de no repetición para que la sociedad salvadoreña tenga paz.

El trasfondo político de la masacre estudiantil del 30 de julio de 1975, consistía en que mientras una audiencia televisiva de todo el mundo veía las soleadas playas de El Salvador antes de la final del concurso Miss Universo, el 19 de julio de 1975, tropas fuertemente armadas, fuera de cámara, fueron convocadas para detener las manifestaciones de estudiantes que protestaban por el gasto de 1 millón de colones que fue autorizado por el Gobierno militar para el desarrollo del concurso de belleza. Las protestas tuvieron lugar en Santa Ana y San Salvador. Según el Gobierno militar, que alegó que la marcha estudiantil era parte de un «complot comunista», una persona resultó muerta, cinco heridas y 11 detenidas. Pero según los estudiantes, al menos 12 personas murieron, 20 resultaron heridas y 40 detenidas, y cuyo paradero se desconoce.

Los hechos ocurrieron a las 2:30 de la tarde. Los estudiantes salieron en una marcha de protesta, estudiantes de la Universidad de El Salvador (UES) y jóvenes organizados de educación media, desde el portón de la Facultad de Ciencias y Humanidades.

La razón de la protesta fue el allanamiento del Centro Universitario de Occidente y otros atropellamientos a los derechos humanos cometidos los días viernes 25 y martes 29 del mismo mes y año en la ciudad de Santa Ana, por parte de los cuerpos de seguridad de la Guardia Nacional, Policía de Hacienda, y Policía Nacional.

Cerca de las 4:30 de la tarde, la marcha estudiantil fue violentamente reprimida, sobre la 25 Avenida Norte a la altura de un paso a desnivel, frente al edificio del Hospital General del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), en la capital salvadoreña. Los agentes policiales arrojaron gases lacrimógenos, y dispararon con armas de fuego, matando a varios manifestantes al instante.

Además los manifestantes fueron acorralados en el paso a desnivel con tanquetas que aparecieron detrás de ellos, las cuales atropellaban a los heridos, y obligaron a algunos a saltar a los niveles inferiores de dicho tramo.

El número de muertos aún es desconocido, debido a que los agentes de seguridad bloquearon el paso al lugar y rápidamente recogieron los cuerpos y limpiaron la sangre de las calles, según observadores, con agua y jabón.